El Ego no es tu enemigo, puede ser tu mejor aliado

El Ego no es tu enemigo, puede ser tu mejor aliado

Por: Bonnie Medina

Ego es una de las palabras màs utilizadas en nuestro lenguaje cotidiano pero es también
uno de los conceptos mas tergiversados que existe. Desde muchas áreas de
conocimiento, se le ha impuesto una etiqueta negativa que nos termina llevando a la idea
errónea de que es un aspecto relacionado con la soberbia o el comportamiento arrogante.

El tan desprestigiado “ego” no es otra cosa que la instancia psíquica de la mente que
determina el “Yo”, nuestra identidad . Y recibe influencia directa tanto del entorno, como de
nuestro mundo interior. Esa influencia deja al ego en la mitad y ejerce presión sobre el
anhelo del alma. Por eso, sino nos conocemos bien a nosotros mismos, aparece la
confusión.

Modelos de comportamiento

El Ser humano tiene una necesidad básica de reconocimiento y el suplirla depende de su
relación con el entorno. Lo que nos rodea regula nuestro comportamiento y nos exige
adaptarnos de muchas maneras.

Una de las formas en las que terminamos moldeando nuestra personalidad, tiene que ver
con el concepto de los “Arquetipos de personalidad” de Carl Jung. Están definidos
como modelos de comportamiento presentes en el inconsciente colectivo. Se identifican
fácilmente en representaciones culturales del cine o la televisión y podemos nombrar
algunos como el héroe, la bruja, el maestro, la madre, etc.

Un ejemplo claro de arquetipo es el de “madre”. Una mujer puede asumir el rol de madre
desde los referentes que conoce, y actuar de la manera esperada por la sociedad pero,
cuando no lo hace desde su esencia, puede entrar en la representación de un papel en el
que termina agotándose. Un arquetipo de madre mal aplicado puede ser cuando la mujer
lo asume en relación a quienes no son sus hijos como su pareja, amigos, etc.

Cuando no existen modelos o referentes con valores claros a seguir en la sociedad, surge
la identificación con cosas como el dinero o el status y el comportamiento se vuelve
materialista. Por eso últimamente hemos visto situaciones en las que una persona agrede
a otra desde su condición de superioridad jerárquica o económica como en el reconocido
caso de: “¿Ud. no sabe quien soy yo?”

“¿Qué máscara vas a usar hoy?”

Algunas personas, con el fin de ser aceptadas por todos aquellos con quienes se
relacionan se convierten en “camaleones” que actúan de acuerdo a cada persona y
situación. Este comportamiento frustra la posibilidad de entablar una conexión mas allá
de lo superficial y además de ser desgastante, refleja baja autoestima al valorar más lo
que sucede fuera de sí mismo.

El mejor arquetipo que podemos representar es el de “Ser humano” pero, para llegar a
eso, vamos a tener que empezar a preguntarnos por nuestro modelo ideal. Si pudiéramos
escoger ¿qué tipo de “ser humano” quisiéramos ser?

Ego funcional

Asumir nuestra identidad implica dejar de mirar afuera y de identificarnos con lo que el
entorno espera de nosotros para lograr identificar nuestras propias y diversas capacidades y,
según ellas, establecer los roles que tenemos en la vida y definir “como” los vamos a
asumir.

El ego no es exceso de autoestima, al contrario, lo podemos comparar con un músculo
que debe entrenarse y ese “trabajo” es personal y pasa por asumir preguntas como
¿quien soy?, ¿que quiero? ó ¿cuál es el anhelo de mi alma?. Solo entonces,
empezaremos el trabajo necesario para que nuestro ego se vuelva funcional y no vaya en
contra de nuestra propia vida.

Cuestión de autoestima

Cuando alguien actúa de manera prepotente podemos entender que su baja autoestima
necesita reafirmarse demostrando poder, cuando alguien actúa de forma humilde es
preciso observar bien porque puede esconder un ego inflado que màs adelante nos
pasará factura.

El desarrollo interior se manifiesta desde la sencillez y la autenticidad de quien ha dejado
de buscar afuera y ha aprendido a conocerse. Un trabajo personal que demuestra amor
propio y que necesariamente nos llevará a tener un gran ego, un ego funcional, un ego
que nos sirva para conseguir que nuestra vida se construya en Plenitud y Armonía.

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